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La Humanidad entera está viviendo tiempos excepcionales y únicos. Estamos todos siendo víctimas de un incesante bombardeo de información sobre lo que está ocurriendo. Es cierto, que se están multiplicando muestras de solidaridad y de unión por todo el mundo que son necesarias y esenciales para llegar a una solución global al grave problema que todos tenemos.
No obstante, por desgracia proliferan cada vez más la difusión de todo tipo de teorías conspirativas y están aflorando todo tipo de prejuicios que conllevan actitudes y opiniones racistas y discriminatorias. A estos dos fenómenos quisiera enfatizar en este artículo.
Está claro que se está propagando cada vez más el virus de la desinformación con numerosos bulos y fakes. Es un virus muy peligroso, a veces difícil de detectar que hace más daño de lo que parece y que implica que aumenten las conspiraciones y los prejuicios.
Las teorías de los motivos de lo que está pasando son muy variadas. Se dice que el virus del Covid 19 ha sido fabricado en un laboratorio, que ha sido organizado por una élite económica capitalista ligada a la banca internacional norteamericana o incluso “sionista” o que todo ha sido obra de los chinos para tener supremacía en el mundo. Y hay cientos de teorías más que como siempre ha ocurrido en el pasado se busca culpabilizar de las epidemias a todos lo que son odiados ya por naturaleza. Es lamentable que esta crisis sanitaria y económica está siendo utilizada para desacreditar a rivales políticos, para acusar a colectivos vulnerables (y a otros que no lo son) y para incidir e incrementar en prejuicios que ya existen de por sí como los hay contra los asiáticos, judíos, empresarios capitalistas, políticos, ancianos y muchos más.
Las insinuaciones cada vez más veladas de que el virus Covid-19 ha sido creado artificialmente por un contubernio comunista chino o un capitalismo judío americano son cada vez más difundidas dependiendo de las fobias que cada uno ya tenga de antemano.
Personalmente, mi humilde opinión es que este virus Covid-19 ha venido de forma natural y ha pillado a todos desprevenidos y aunque pensemos que la ciencia ha evolucionado muchísimo (que así es), todavía tiene que avanzar mucho más para evitar enfermedades. Tengo la esperanza y hasta el convencimiento de que este episodio hará mejorar las curas ya existentes y de cómo la Humanidad debe responder a desgracias y desastres de cara al futuro.
Invito a todos, aunque es evidente que es muy difícil, a tratar de ser positivos y optimistas. Aunque por supuesto, hay muchas excepciones que tratan con maldad de aprovecharse de esta crisis, la mayoría de la gente quiere llegar a una pronta solución. La unidad de acción, el positivismo y la solidaridad son esenciales ahora. No sirve de nada culpabilizar y buscar conspiraciones.
Cada vez más, esta epidemia está afectando a la propia vida de familiares y allegados y por supuesto a nuestra economía pero debemos tratar de luchar también contra la discriminación y los prejuicios que ahora están más extendidos de lo habitual. El antisemitismo y el racismo en redes está aumentando y las teorías conspirativas se suceden a diario y se multiplican.
Ojalá pues esta crisis aflore el lado bueno de las personas y no los malos. Hay de todo y es una incógnita lo que nos deparará el futuro, pero seamos optimistas, solidarios y unidos sin pensar siempre que hay manos obscuras que lo mueven y controlan todo.
Isaac Levy-Benbeniste
Barcelona, 1 de abril 2020
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